Vivimos un momento histórico como sociedad: estamos definiendo constituirnos de una nueva manera y lo hacemos, valga el juego de palabras, de una manera enteramente nueva. La propuesta de construcción de un estado social y democrático de derecho, ecológico, igualitario y participativo, fruto de una asamblea elegida con criterios de paridad y con escaños reservados, transforman a esta experiencia en un hito nunca visto en la historia constitucional chilena. Sin embargo, este proceso está amenazado por la concentración de los medios.