Escribo estas letras pensando en el pequeño Zein Oroq, muerto trágicamente en la Franja de Gaza. Su fallecimiento se produjo como consecuencia de su intento por atrapar la comida que caía desde el cielo: sobrevivió a la demolición de su casa por un ataque aéreo, sin embargo, no pudo con la fuerza destructora de la hambruna que se despliega como látigo furioso contra su pueblo (1).

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Editorial Semanario Aula Magna