Como hemos dicho, la nueva Constitución establece por primera vez en la historia constitucional chilena normas protectoras sobre el mundo rural, el trabajo campesino, la actividad agrícola, la familia y las tradiciones campesinas vinculadas a la producción. Se trata de un manto de protección, promoción y cuidado que permite caracterizar al proyecto de nueva Constitución como una Constitución campesina.

La nueva Constitución establece por primera vez en la historia constitucional chilena normas protectoras sobre el mundo rural, el trabajo campesino, la actividad agrícola, la familia y las tradiciones campesinas vinculadas a la producción. Se trata de un manto de protección, promoción y cuidado que permite caracterizar al proyecto de nueva Constitución como una Constitución campesina: regular constitucionalmente al mundo campesino para protegerlo, es una señal de que vivimos nuevos tiempos.

El Estado subsidiario no sólo ha operado abriendo espacios al empresariado nacional e internacional en áreas tradicionalmente caracterizadas como servicios públicos, sino, y esto es lo políticamente más relevante en la actual coyuntura constituyente, como el mecanismo por antonomasia para acceder a la riqueza estatal.