La campaña del rechazo a la nueva constitución tiene una larga data y varios de sus actores principales la siguen respaldando hoy día en el seno de la Convención. Se trata de un liderazgo que conduce a la derecha a un punto muerto y que ha conseguido lo que era impensado: alianzas y pactos coyunturales entre fuerzas de centro izquierda e izquierda que hasta ayer estaban en trincheras opuestas, es más, han gatillado acuerdos sustantivos entre actores del movimiento social y los partidos políticos, enemigos declarados a propósito de las elecciones para la Convención Constitucional.